26 de fev. de 2012

Nuevos ataques resaltan la campaña que pretende bloquear el progreso de los Bahá’ís iraníes

NUEVA YORK, EE.UU. (26 de enero del 2012) – No hay ninguna señal que muestre un debilitamiento de la estrategia sistemática del gobierno iraní para llevar a los bahá’ís a la ruina económica.

Según informes de la Comunidad Bahá’í Internacional, se está llevando a cabo una renovada campaña en Kermán, la ciudad más importante del centro sur de Irán.

Hemos sido informados de que la Oficina de Supervisión de Sitios Públicos está negando la renovación de licencias, y revocando algunas ya existentes de negocios regentados por bahá’ís en la ciudad», declaró Bani Dugal, la principal representante de la Comunidad Internacional Bahá’í ante las Naciones Unidas.

Un gran número de profesiones está siendo afectado, desde tiendas de reparación y venta de ordenadores hasta agentes de bienes raíces. Los bahá’is que están involucrados en la venta de aleaciones de hierro, acero u oro están perdiendo sus licencias, así como los negocios regentados por bahá’ís que están relacionados con los servicios de alimentación, salud y cosmética, como las ópticas», dijo.

Los bahá’ís de Kermán también han sido informados de que no se les permite ser dueños de un gran número de tiendas en una misma calle.Las autoridades han llegado al extremo de revocar las licencias de los socios de negocios de los bahá’ís, aunque no fueran miembros de la comunidad bahá’í, dijo la Sra. Dugal.

Desde la revolución islámica de 1979, muchos miles de bahá’ís han perdido su trabajo o sus fuentes de sustento. En 1993, las Naciones Unidas descubrió un memorándum del gobierno iraní, firmado por el Líder Supremo del país, que explícitamente delinea un plan para bloquear el desarrollo de la comunidad bahá’í iraní.

Además de impedir a los jóvenes bahá’ís el ingreso a la universidad, dijo la Sra. Dugal, está claro que las autoridades continúan realizando una serie de acciones adicionales encaminadas a cumplir con esta política.

Hemos sido informados de al menos 60 incidentes en los últimos cinco años diseñados para frenar las perspectivas económicas de los bahá’ís, informó.

Algunos ejemplos recientes incluyen:

Entre el 2 y el 12 de enero del 2012, más del 70% de los negocios regentados por bahá’ís en Sari y Ghaemshahr (provincia de Mazindarán), y varios en Gorgan y Gonbad (provincia de Golestán), fueron registrados en busca de alguna excusa para detener o amenazar a los bahá’ís. Las autoridades también registraron los hogares de bahá’ís que trabajan desde sus hogares, en algunos casos más de dos años después de haber cerrado sus tiendas.

En julio del 2011, el dueño bahá’í de una tienda de Abadán recibió una notificación de la Unión de Vendedores y Fabricantes de Joyería, Relojes y Gafas pidiendo que devolviera su licencia de trabajo y que liquidara sus bienes en las 24 horas siguientes.

En junio del 2011, una óptica fue precintada con el pretexto de transferir la licencia a otro lugar. El jefe de la Oficina de Supervisión de Lugares Públicos indicó que la orden de precintar la tienda fue emitida por autoridades superiores. La tienda ya había sido cerrada por las autoridades en diciembre del 2008, junto con otras cuatro tiendas en Nazabarad. Después de un enfrentamiento jurídico, el dueño logró abrir la tienda en otro lugar sólo para encontrarla precintada una vez más.

Después de una ola de ataques incendiarios en una docena de negocios de bahá’ís en Rafsanjan, Irán, a finales del 2010, alrededor de 20 hogares y negocios recibieron una carta de aviso pidiendo que los bahá’ís firmaran un acuerdo de abstenerse de realizar contactos o amistades con musulmanes y de contratar aprendices musulmanes.

A principios del 2009, en la ciudad de Semnan, la Asociación de Sindicatos pasó una ley complementaria que decía que ningún bahá’í debería de recibir una licencia comercial. Poco después, varios negocios y tiendas regentadas por bahá’ís fueron cerradas o precintadas.

Un ejemplo de otro tipo de presión económica es el caso de un bahá’í de Isfahán quien, poco antes de ser despedido de su trabajo, pidió al organismo de la seguridad social que le devolviera la parte del sueldo que fue deducida para su pensión. Recibió una nota desestimando su petición como irrelevante, ya que la razón de haber perdido su trabajo fue la de pertenecer a la desviada secta de los bahá’ís. La nota especificaba que él y otros 14 individuos fueron despedidos pues en primer lugar se les prohibía ser contratados, por lo que su reclamación carecía de fundamento en ese caso.

La ley internacional declara firmemente el derecho de los individuos a ser libres para trabajar y ganarse la vida, sin discriminación», declaró la Sra. Dugal.

El mes pasado, la comunidad internacional votó de forma abrumadora en las Naciones Unidas para condenar a Irán por sus continuas y recurrentes violaciones de los derechos humanos. Ya es hora de que Irán sepa que ya no puede salirse con la suya cuando oprime a sus ciudadanos, pensando que nadie se dará cuenta.

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